CoHousing para la tercera edad: Viviendas colaborativas

Ya existen como una alternativa a los asilos en todo el mundo, se trata de las viviendas colaborativas y autogestionadas donde los adultos mayores deciden unirse para compartir y disfrutar de espacios comunes manteniendo la independencia en sus propias casas.

En la década de los ’80, la población europea comenzó a implementar el estilo de vida cohousing o covivienda; la iniciativa fue ideada por jóvenes en Dinamarca. Consiste en vivir de manera comunitaria pero con vivienda independientes,complementadas por áreas comunes donde los vecinos comparten servicios, actividades sociales, comedores, conciertos, juegos de mesa, parrilladas, etc. El Cohousing es planeado por un grupo de personas (amigos, conocidos, miembros de una junta de vecinos) y son ellos quienes deciden comprar un terreno en conjunto, lotearlo y construir pequeñas casas básicas y económicas. El proyecto es muy exitoso, y hoy se está aplicando en distintas regiones del mundo.

El Cohousing revitaliza a los adultos mayores ya que fomenta la colaboración, la participación, el liderazgo y las ganas de crear, fomenta también la integración social, la colaboración entre vecinos, la sostenibilidad, los pasatiempos, entre tantos otros beneficios relacionados con el compañerismo y los lazos sociales.

 

 

“Ni hablar, al asilo no”

Es el grito que han comenzado a pronunciar los adultos mayores. Los asilos son lugares por lo general impersonales, donde el grado de dependencia es alto y donde todo está pautado. Además, muchas familias no pueden permitirse pagar esos lugares: en Uruguay, una residencia privada puede a costar entre 1.000 y 3.000 dólares al mes, y no existen asilos públicos como en otros países. Todo puede hacerse de forma muy sencilla, los proyectos de cohousing llevan implícito el  derecho o cesión de uso, ya que está estrechamente ligado a los pilares que los definen. Esto significa que los usuarios de las viviendas forman una cooperativa, siendo esta la propietaria del edificio, la cual cede el uso a los cooperativistas. Así, la propiedad es colectiva, y los socios gozan del derecho de uso de las viviendas. Este es heredable, bajo los términos que establezca en cada caso la cooperativa.

La fórmula de acceso suele ser una aportación inicial, y una cuota mensual, que suele estar por debajo de los precios de mercado. Esto diferencia el cohousing de los proyectos de cooperativas de propietarios, impidiendo la especulación o la compra-venta de las viviendas en función del flujo del mercado, puesto que la propiedad es de toda la cooperativa.
Este modelo es un modelo habitacional que reconoce el derecho a la vivienda como un bien de uso y no comercial. Con esta premisa, este modelo permite acceder a una vivienda de un modo distinto al que estamos habituados, al no ser una compra al uso ni tampoco un alquiler, combinando la seguridad de la propiedad, y la libertad de una casa en alquiler.

El cohousing define más allá de la forma de propiedad, la forma de vida. Supone la construcción de comunidad, mucho más que una serie de viviendas, y está estrechamente vinculado con construcción de barrio, de ciudad, de una identidad, de relaciones sociales.

El derecho o cesión de uso, tenencia compartida.

Los proyectos de cohousing llevan implícito el  derecho o cesión de uso, ya que está estrechamente ligado a los pilares que los definen. Esto significa que los usuarios de las viviendas forman una cooperativa, siendo esta la propietaria del edificio, la cual cede el uso a los cooperativistas. Así, la propiedad es colectiva, y los socios gozan del derecho de uso de las viviendas. Este es heredable, bajo los términos que establezca en cada caso la cooperativa.

La fórmula de acceso suele ser una aportación inicial, y una cuota mensual, que suele estar por debajo de los precios de mercado. Esto diferencia el cohousing de los proyectos de cooperativas de propietarios, impidiendo la especulación o la compra-venta de las viviendas en función del flujo del mercado, puesto que la propiedad es de toda la cooperativa.

Tras este concepto se esconden viviendas colaborativas particulares con zonas y servicios en común para atender a los intereses y necesidades de las personas que deciden compartir ese espacio formando una cooperativa. De momento, en España las más habituales son las de personas jubiladas que desean seguir disfrutando y recibir cuidados sin encerrarse en una residencia, como describe Francisco Molina, de 70 años y socio de Convivir: “Hace 14 años, un grupo de unos 30 amigos, considerando que no íbamos a poder entrar en una residencia dado nuestro nivel adquisitivo, decidimos montarnos nuestra propia residencia”.

El proceso, dice Francisco, fue muy lento porque querían vivir cerca de la capital, pero el terreno era caro: “Fuimos ampliando el campo hasta encontrar los 55.000 metros cuadrados en un pueblo del interior. Buscamos promotora hasta encontrar una aceptable y empezamos a trabajar en la obra de Convivir”. Cada socio tenía que pagar alrededor de 80.000 dólares por su apartamento. Los que no tenían ese dinero pidieron un préstamo a la cooperativa, a la que van pagando mensualmente.

“En función de la superficie del piso, cada uno paga también cada mes por los servicios comunes, que incluyen los 14 trabajadores, calefacción, comida, lavandería y todos nuestros cuidados”, explica Francisco.

Historia del cohousing: de Dinamarca a Uruguay.

Este anglicismo fue acuñado por el arquitecto Charles Durret para describir una serie de comunidades que llevaban ya décadas evolucionando en Dinamarca (proyecto ANDEL). Se trataba de proyectos comunitarios de vivienda caracterizados por una gran actividad y vitalidad, por una manera de relacionarse entre los usuarios más colaborativa y solidaria, sin jerarquías, con tomas de decisiones de manera horizontal, donde temas como la sostenibilidad, la salud, el cuidado o las emociones eran tenidas muy en cuenta.

Este tipo de proyectos empezó a brotar en muchos otros países europeos (Suecia y Alemania), y latinoamericanos, llegando a convertirse en un movimiento popular por el derecho a la vivienda importantísimo en la historia de Uruguay a través de la FUCVAM.

 

Características:

Cada proyecto de cohousing es único ya que responde a las necesidades y deseos de cada grupo. Sin embargo, la mayoría de los proyectos comparten varias características:

Autopromovido:
El cohousing es un proyecto que nace por iniciativa propia de la comunidad. No existe un promotor que nos ofrezca un producto ya pensado y diseñado,sino que es la comunidad la que se convierte en promotora, y es quien decide emprender y desarrollar el proyecto, con la ayuda profesional que necesite para determinados aspectos, pero siempre es la comunidad quien toma las decisiones finales para tener un proyecto que responda a sus necesidades y deseos.

Comunidad y participación
Un cohousing es + q construcción de viviendas, signfica la construcción de un grupo, de una comunidad cohesionada que decide afrontar las cosas de manera colectiva. La participación activa es esencial para que el proyecto responda, en la medida de lo posible, a los deseos y expectativas de todas las personas que la comunidad.

Autogestión,horizontalidad
Todas las personas de la comunidad son quienes toman las decisiones relacionadas con el proyecto.

Toma de decisiones horizontal:
No hay jerarquías, no existe un “jefe” o alguien que dirija, sino que entre todos se toman las decisiones.

Equilibrio entre la vida privada y la comunitaria:
Sin embargo a diferencia de otros modelos como las comunas en los que se comparte todo, en el cohousing cada uno tiene su propia vivienda, en la que mantiene su privacidad, y su propia economía también privada , no existe una economía común, más allá de la derivada de las necesidades comunes de la cooperativa.

Diseño intencional:
La arquitectura y el diseño de las viviendas refleja los conceptos que hemos mencionado. Los espacios comunes cobran gran protagonismo, convirtiéndose en una extensión de la propia vivienda.

CoHousing en el mundo:

Sherlock Holmes: “¿tú qué quieres ser cuando seas mayor?”.
“No quiero vivir solo”, respondía el joven detective creado por Conan Doyle en el filme ‘El secreto de la pirámide’ (Barry Levinson, 1985).

La soledad es uno de las grandes preocupaciones de la sociedad contemporánea, tanto es así que en Reino Unido se considera un asunto de estado. La primera ministra británica, Theresa May, anunció hace unos días la creación de un Ministerio de la Soledad para atajar un problema que afecta en el país anglosajón a 9 millones de personas, el 13,7% de la población total.

El envejecimiento de la población y una hiperconexión que, lejos de frenar el aislamiento social, ha deteriorado la forma habitual de establecer relaciones y adquirir habilidades sociales causan preocupación global ante un asunto que urge nuevas soluciones para el futuro.

Las personas mayores no quieren vivir solas en la última etapa de su vida. Por eso, entre otros motivos, hace ya unos años que surgieron iniciativas en favor del envejecimiento activo,comunitario y sostenible, basado en compartir y reutilizar servicios y productos. Es el conocido como ‘cohousing’, un movimiento que impulsa la creación de viviendas colaborativas de uso privado en las que se mantiene una economía propia y se comparten espacios y servicios en forma de cooperativa.

El ‘cohousing’ existe desde hace varias décadas en países como Dinamarca, Suecia y Holanda, entre otros. Aunque esta práctica se está extendiendo entre la población mayor de 60 años en países como España, fue un modelo que comenzó partiendo de las necesidades de familias jóvenes. En nuestro país, el llamado ‘senior cohousing’ comienza a echar raíces con iniciativas de personas mayores que buscan un retiro activo en compañía de amigos con los que conviven, colaboran y comparten experiencias.

Emprendimientos en Uruguay:

El 16 de mayo de 2017, se realizó una presentación con los emprendimientos que integrarán el espacio colaborativo Enlace, promovido por la Intendencia de Montevideo en convenio con INACOOP. Este centro permitirá la instalación de cooperativas, pequeñas empresas y organizaciones de la economía social. Se busca contribuir a la incubación de grupos cooperativos, y fomentar la formación profesional, la realización de exposiciones, charlas, eventos y espacios de difusión relacionados a la temática. De esta forma, se pretende “aportar a la consolidación de la economía social y  solidaria como agente de desarrollo e innovación, fortaleciendo así un ámbito de referencia para la intercooperación y la mejora continua”. En el local perteneciente a la cooperativa CUTEANTEL (Agraciada 2334, esquina San Martín), entre los emprendimientos hay uno que va de la mano con el concepto de CoHousing

Co-HabitaR: Se constituye como un Instituo de Asistencia Técnica que actúa principalmente en el Departamento de Canelones. Se interesa en general en los temas de vivienda social. Ha elaborado el Proyecto Cohounsin.uy: espacio para la vida comunitaria de los adultos mayores.

No hemos podido acceder a su web oficial pero si a su espacio en facebook